martes, 25 de noviembre de 2008


La Luna

Al fondo se ve el cielo azul marino, las estrellas emiten luz que parecen luciernagas. Tambien se observa la luna dandole luz a la noche, resplandece el agua y lo hace ver azul celeste claro.
La arena que hay hace que se vea el agua en medio como si fuera una isla y encima se ven palmeras color verde, unas mas grandes que otras.
Esto esta hecho en la noche y asi es como se ve todo solo con la luna.

martes, 11 de noviembre de 2008



Gustavo Adolfo Bécquer


Gustavo Adolfo Domínguez Bastida,( nació en Sevilla, en 1836 y murió en Madrid, 1870) Poeta español. Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura.
Después de un tiempo, se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue un fracaso.
Durante una estancia en Sevilla, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas.
Años después contrajo matrimonio con Casta Esteban, con la que tuvo tres hijos. Pero el matrimonio nunca fue feliz.
La etapa más fructífera de su carrera fue durante 4 años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta, que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal.
Pero con la revolución, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.



Rima XIII


Tu pupila es azul y, cuando ríes,

su claridad suave me recuerda

el trémulo fulgor de la mañana

que en el mar se refleja.




Tu pupila es azul y, cuando lloras,

las transparentes lágrimas en ella

se me figuran gotas de rocío

sobre una violeta.



Tu pupila es azul, y si en su fondo

como un punto de luz radia una idea,

me parece en el cielo de la tarde

una perdida estrella.